miércoles, 23 de febrero de 2011

El poder de la unión.

Sin ser "poderosos" podemos cambiar el mundo. Sólo necesitamos despertar de nuestro letargo inducido por palabras vanas en labios de políticos, religiones que prohíben la cuestionabilidad de sus dogmas y la absorción continuada de la parrilla televisiva. Cuando comprendamos que hacer el bien a los demás es hacerse el bien a uno mismo, desaparecerán todas nuestras diferencias (culturales, religiosas, políticas...)y podremos ser realmente libres.
L.R.L.



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